Aquí, en el silencio que enmarca cada fotografía se anudan los momentos de ese personaje que fue Lucy hasta los 27 años -un año antes de que se convirtiera en mamá-. Esta Lucy, la de las fotos, es tan desconocida para mí como para cualquiera llegue a leer las páginas de estos retratos vivos.
Todas estas imágenes a solas con la mirada de quien lee, con sus ojos llenándolas de sentido. A lo mejor logre escuchar algunas de las historias que contiene este carrete de recuerdos que a veces grita, a mí me grita o me susurra, desentrañando algún misterio.